Edición Julio-Septiembre 2013 / Volumen 11-Número 3

Alterations of the surface of the nail plate in children

Patricia Chang1, Cecilia Rodas Díaz2

1 Dermatóloga, Hospital Ángeles y Hospital General de Enfermedades, Instituto Guatemalteco de Seguridad Social.
2 Electiva, Servicio Dermatología Hospital Ángeles y Hospital General de Enfermedades, Instituto Guatemalteco de Seguridad Social.

RESUMEN
La superficie del plato ungueal en niños puede presentar alteraciones propias o secundarias a diversos agentes que afectan el aparato ungueal. El presente artículo presenta los hallazgos de un estudio descriptivo que determinó la frecuencia de estas alteraciones en una población de 29 niños atendidos en la consulta dermatológica privada.

PALABRAS CLAVE: Superficie del plato ungueal, piqueteado, surcos de Beau, surcos transversales, estrías longitudinales, coiloniquia, uñas de chevrón.

ABSTRACT
Alterations of the nail plate surface in children may be intrinsic or secondary to various agents affecting the nail apparatus. We report the findings of a descriptive study to establish the frequency of these disorders in a population of 29 children seen in the private practice.

KEYWORDS: Nail plate surface, pitting, Beau lines, transversal lines, longitudinal lines, koilonychia, chevron lines.

Introducción

La superficie de las uñas es lisa, aunque en ocasiones presenta cambios que pueden ser normales o patológicos, tanto en adultos como en niños. En la infancia temprana los hallazgos ungueales más frecuentes son leuconiquia punctata, onicofagia y piqueteado.1 A menudo, las uñas presentan líneas oblicuas que convergen distalmente hacia el centro, las cuales son temporales y a veces se asocian con piqueteado. Los surcos de Beau representan otro cambio de la superficie del plato ungueal en niños y suelen observarse en las primeras nueve semanas de vida1, aunque también ocurren en asociación con cuadros infecciosos, enfermedades dermatológicas o sistémicas, reacciones medicamentosas, tumores y traumatismos, entre otras causas.

Este artículo describe los hallazgos de un estudio sobre alteraciones de la superficie del plato ungueal en una población de 29 niños atendidos en consulta dermatológica privada.

Es importante señalar que la gran mayoría de los pacientes (28 casos; 96.55%) no acudió a consulta por la patología ungueal y sólo uno (3.45%) solicitó su evaluación por alteraciones de la superficie de platos ungueales podales.

Los padecimientos que motivaron la consulta incluyeron dermatitis atópica (10 casos; 34.48%); impétigo (5; 17.24%); dermatitis solar hipocromiante (5; 17.24%); dermatitis del área del pañal (3; 10.34%); queratolisis plantar (2; 6.89%); tiña del cuerpo (1; 3.44%); leucoderma postraumático (1; 3.44%); y liquen nitidus (1; 3.44%).

Material y métodos

Se realizó un estudio descriptivo para determinar la frecuencia de las alteraciones de la superficie del plato ungueal en niños atendidos en la consulta dermatológica privada. La población de 29 pacientes consistió de menores de 15 años, sin distinción de género ni motivo de consulta. En todos los casos se practicó un examen dermatológico completo con énfasis en la superficie de las uñas de manos y pies.

Resultados

Se estudiaron 29 pacientes (15 niñas = 51.72%; 14 niños = 48.27%) con la siguiente distribución etaria: menos de un año (3; 10.34%), 1-5 años (7; 24.13%), 7-10 años (19; 65.51%), y 10-15 años (0; 0.00%).

La observación dermatológica de las uñas reveló que 12 pacientes (41.37%) presentaban alteraciones de la superficie del plato ungueal en las manos, mientras que 18 individuos (62.08%) tenían trastornos ungueales podales. No se hallaron trastornos ungueales de manos en 17 pacientes (58.62%) y no hubo alteraciones ungueales de pies en 11 individuos (37.93%).

Las alteraciones detectadas en las uñas de las manos fueron: líneas en V (8 casos; 27.58%), surcos de transversales (2; 2.89%), surcos transversales + coiloniquia (1; 3.44%); y calcomanías (1; 3.44%). En uñas de pies se observaron: estrías longitudinales (12; 41.37%), surcos transversales (5; 17.24%) y surcos transversales + piqueteado (1; 3.44%) (Cuadro I).

Cuadro I. Alteraciones de la superficie del plato ungueal en niños

Discusión

La superficie del plato ungueal de los niños puede presentar alteraciones inherentes o asociadas con enfermedades congénitas, dermatológicas, sistémicas, traumáticas e infecciosas. Las alteraciones en edad pediátrica son similares a las observadas en adultos y las que se presentan con mayor frecuencia incluyen eccema, psoriasis, onicomicosis, liquen plano y distrofia de las 20 uñas.2

A menudo, las alteraciones ungueales en niños pueden deberse a trastornos fisiológicos que suelen desaparecer con la edad y no requieren tratamiento alguno, aunque también hay alteraciones ungueales secundarias a enfermedades congénitas; enfermedades dermatoló-gicas como psoriasis, liquen plano y liquen estriado; enfermedades sistémicas; y traumatismos agudos3 (Cuadro II).

Cuadro II. Causas de las alteraciones de la superficie del plato ungueal en niños

Es normal que, en los primeros años de vida, las uñas sean frágiles y presenten cambios lamelares transversales en el borde libre. De hecho, 92% de los infantes de 8 a 9 semanas presentan depresiones transversales únicas llamadas surcos de Beau,2 signo que refleja una interrupción del crecimiento ungueal y se manifiesta clínicamente como líneas transversales deprimidas que pueden afectar varias uñas de las manos, éstas tienden a desaparecer alrededor de las 14 semanas de vida. En algunas ocasiones se puede asociar a sufrimiento fetal o a alteraciones fisiológicas que ocurren durante el nacimiento.3

En los pies pueden expresarse como ligera onicólisis y engrosamiento distal. Estas alteraciones se resuelven hacia los 24 meses de edad.2 Sin embargo, es importante señalar que, en algunos casos, los surcos de Beau se asocian con sufrimiento fetal o trastornos fisiológicos perinatales,3 así como ciertas enfermedades graves, fiebre elevada y quimioterapia.4

Algunos estudios sugieren que otras alteraciones frecuentes que pueden considerarse normales en niños de 5 a 7 años incluyen: uñas de chevrón o en V, (Figuras 1 a 5) onicofagia, distrofia lamelar, coiloniquia y engrosamiento de las uñas de los pies.2

Figura 1. Uñas en V o de chevrón; niño de 4 años.

 

Figura 2. Uñas en V o de chevrón; niña de 9 años

 

Figura 3. Aspecto clínico y dermatoscópico de uñas en V; niño de 8 años.

 

Figura 4. Aspecto clínico y dermatoscópico de uñas en V; niña de 5 años

 

Figura 5. Diferentes aspectos dermatoscópicos de uñas en V.

Las uñas de chevrón, también denominadas “uñas en espina de pescado”, se caracterizan por tener líneas oblicuas que apuntan centralmente para producir una apariencia en forma de V. Aún se debate si esta alteración, generalmente temporal, sigue una distribución de línea media u obedece a diferentes ejes centrales (diferencia muy sutil cuya relevancia aún no se esclarece). Este trastorno no tiene asociación aparente con dermatitis atópica o alguna otra enfermedad.2

Las uñas de chevrón también pueden manifestarse en adultos y los casos referidos en la literatura presentaron la alteración en las 10 uñas de las manos, de allí que se piense que la alteración pueda estar relacionada con un desarrollo tardío de la parte central de la matriz ungueal.5,6,7

Figura 6. Surcos de Beau en dos niños lactantes con sepsis.

 

Figura 7. Coiloniquia.

Entre las anomalías congénitas que afectan la superficie del plato ungueal se encuentra la mala alineación del primer ortejo del pie, trastorno autosómico dominante que se expresa frecuentemente. A menudo, la alteración ungueal suele ser mal diagnosticada como onicomicosis, de modo que no responde al tratamiento. Su presentación clínica es una desviación del plato ungueal respecto del eje longitudinal de la falange distal. La lámina ungueal se deforma, adquiere una coloración café-grisácea y se engruesa, desarrollando surcos transversales; puede asociarse con onicólisis. En 50% de los casos la mejoría es espontánea y el aspecto ulterior es casi normal.3

Los hoyuelos o piqueteado son pequeñas depresiones circulares ocasionadas por un defecto de la queratinización y a menudo acompañan padecimientos como psoriasis, alopecia areata y liquen plano.4

Figura 8. Coiloniquia con calcomanías.

La onicosquizia puede aparecer en los pulgares y en las primeras láminas ungueales de los pies. No está claro si esta condición resulta de la hidratación y baños frecuentes, de la misma forma que ocurre en los adultos. Cuando se presenta en la uña del dedo pulgar, la succión es usualmente un factor exacerbante.3

Coiloniquia también es un hallazgo común en los niños y la principal causa en recién nacidos es la suavidad y escaso grosor de las uñas. El trastorno se resuelve de manera espontánea al engrosarse el plato ungueal.3

Figura 9. Diferentes aspectos de estrías longitudinales en niños.

Las enfermedades dermatológicos que pueden precipitar cambios en la superficie de la uña incluyen eccema, psoriasis, liquen plano, liquen estriado, traquioniquia y paraqueratosis pustulosa.

La distrofia de las 20 uñas puede observarse en trastornos como psoriasis, liquen plano y alopecia areata.4

El eccema periungueal puede ser consecuencia de una dermatitis atópica o secundario a la irritación causada por la succión de los dedos. El eccema afecta el perioniquio causando inflamación de la matriz; en consecuencia, la matriz genera una uña anormal con crestas y surcos transversales.3

Figura 10. Diferentes aspectos de estrías longitudinales en niños.

La psoriasis ungueal es un padecimiento frecuente de la niñez; se manifiesta en 10% de los niños con diagnóstico de psoriasis. Los cambios ungueales son similares a los observados en los adultos e incluyen piqueteado, con posterior onicólisis e hiperqueratosis. Algunos autores consideran que la onicólisis es un hallazgo raro en los niños.3

Traquioniquia afecta toda la superficie del plato ungueal y en ocasiones se acompaña de coiloniquia. Puede afectar desde una hasta las 20 uñas y asociarse con padecimientos como alopecia areata, psoriasis y liquen plano. Casi la mitad de los pacientes mejora espontáneamente en un periodo de 5 a 6 años.3

Figura 11. Múltiples surcos transversales.

 

Figura 12. Acercamiento de la onicopatía

El pterigión ungueal es otra anormalidad que afecta la superficie del plato ungueal. Se trata de la fusión del pliegue proximal a la matriz y el lecho ungueal, lo que divide al plato ungueal y deja dos remanentes de uña. La causa más frecuente es el liquen plano; sin embargo, también puede ser secundario a quemaduras, radiodermatitis, traumatismos; ciertas enfermedades como necrólisis epidérmica tóxica y enfermedad de injerto contra huésped; y algunos trastornos vasculares, como el fenómeno de Raynaud e isquemia periférica.8 Las formas congénitas pueden estar asociadas con disqueratosis congénita.

Otra alteración que suele motivar la consulta der-matológica es el traumatismo ungueal agudo y sus secuelas pues, frecuentemente, las lesiones mal tratadas en la niñez terminan por producir distrofias.3 Onicomadesis es una complicación común de los traumatismos, aunque también se observa en individuos tratados con citostáticos.

Onicofagia es un trastorno que se observa en 28-33% de los niños de 7 a 10 años y 45% de los adolescentes. A menudo es consecuencia de estados de ansiedad, problemas de baja autoestima y trastorno obsesivo-compulsivo.3

Figura 13. Surco transversal único en la uña del primer ortejo derecho.

 

Figura 14. Surcos transversales en las uñas de los ortejos menores del pie izquierdo.

Los agentes quimioterapéuticos y sus combinaciones pueden inducir cambios en la superficie ungueal de niños y adultos, y las más frecuentes incluyen leuconiquia transversa, líneas de Mees, líneas de Muehrcke, surcos de Beau y traquioniquia.9

Aunque se desconocen la frecuencia y naturaleza de las alteraciones ungueales en pacientes pediátricos, se estima que la prevalencia de desórdenes en los apéndices epidérmicos es de 3%. Si bien algunos cambios ungueales se consideran anormalidades aisladas de importancia, meramente cosmética, es importante hacer el diagnóstico ya que pueden estar asociados con enfermedades sistémicas, producir incapacidad y tener relevancia pronóstica para la vida adulta.10

Aun cuando los cambios en la superficie del plato ungueal pueden ser semejantes en niños y adultos, debemos enfatizar que algunas alteraciones no están presentes en adultos, como es el caso de las uñas en V o de chevrón. Un estudio con 100 pacientes demostró que, en las poblaciones de adultos y jóvenes, las alteraciones más comunes de la superficie del plato ungueal de las manos son onicorrexis, surcos transversales y piqueteado, en tanto que en el nivel podal predominan los surcos transversales, onicorrexis y estrías longitudinales.11

Las distrofias ungueales no deben pasar inadvertidas porque tienen utilidad diagnóstica cuando se asocian con algún padecimiento de base. Aunque algunas alteraciones del plato ungueal son fisiológicas en la infancia, su detección e identificación puede apuntar a una enfermedad subyacente que requiera de un manejo ulterior. Por ello, consideramos muy importante hacer una valoración ungueal de todos los pacientes en edad pediátrica.

BIBLIOGRAFÍA

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  11. Chang P. “Las alteraciones de la superficie del plato ungueal”. Comunicación verbal.