Edicion Enero-Marzo 2013 / Volumen 11-Número 1

Earlobe hematoma due to oximeter

Dra. Patricia Chang
Dermatóloga, Hospital General de Enfermedades, Instituto Guatemalteco de Seguridad Social y Hospital Ángeles, Guatemala

Al Editor:

Presento aquí un caso de hematoma de lóbulo de la oreja secundario al uso de oxímetro.

Como es bien sabido, el hematoma es una acumulación de sangre que ocasiona que la piel adquiera una coloración rojiza o amoratada, de allí que también sea descrito como moretón. En general es consecuencia de un traumatismo que rompe los capilares, aunque los hay asociados con enfermedades hematológicas, infecciosas, sistémicas y reacciones medicamentosas, por mencionar algunas causas.

Se ha reportado que el uso prolongado de oxímetros puede ocasionar hematomas, que en adultos aparecen habitualmente en los dedos de las manos mientras que en los niños suelen presentarse en ortejos o dorso de los pies, dependiendo del tipo de dispositivo utilizado.

El caso que pongo a su consideración es el de un paciente masculino de 85 años de edad, internado en la Unidad de Cuidados Intermedios del Hospital General de Enfermedades (IGSS) por edema agudo de pulmón.

A la exploración se le encontró en malas condiciones generales, con falla ventilatoria, dermatosis en ambos pabellones auriculares y lesiones lobulares consistentes de manchas circulares y eritematosas de 0.5 cm de diámetro (fotografías 1-3).

Fotografía 1. Hematoma de lóbulo, simétrico y bilateral, con oxímetro en posición.
   

 

Fotografía 2. Acercamiento de ambas lesiones
   

 

Fotografía 3. Aspecto dermatoscópico; hematoma del lóbulo derecho.
   

No se sabe con certeza cuándo desarrolló las lesiones, aunque existía el antecedente de haberle colocado un oxímetro en los pabellones auriculares durante periodos de hasta 5 días.

A partir de los hallazgos clínicos, se hizo el diagnóstico de hematoma del lóbulo de la oreja por oxímetro. Este caso es de interés general debido a la localización de las lesiones y porque apunta a la necesidad de rotar la oximetría de pulso por lo menos cada 2 a 3 horas.