Edición Octubre-Diciembre 2013 / Volumen 11-Número 4

Skin and the Xoloitzcuintle

Elizabeth Salazar Rojas1, María Elisa Vega Memije2

1 Residente de segundo año, Dermatología
2 Subdirección de Investigación Biomédica Hospital General “Dr. Manuel Gea González”. Secretaria de Salud, México

RESUMEN
Hay cerca de 450 razas caninas reconocidas por la Federación Cinológica Internacional y dos de ellas son originarias de México: los perros Chihuahueño y Xoloitzcuintle. Xoloitzcuintle es una raza sin pelo debido a una genodermatosis conocida como displasia ectodérmica canina y como dermatólogos, es importante conocer las características peculiares de este interesante perro.

Palabras clave: Xoloitzcuintle, sin pelo, genodermatosis, displasia ectodérmica canina, gen FOXI3, gen NEMO, ectodisplasina.

ABSTRACT
The International Cynological Federation has registered 450 canine breeds and two of them are native to Mexico: the Chihuahua and the Xoloitzcuintle dogs. The latter is a hairless breed due to an X-linked genetic mutation known as canine ectodermal dysplasia. As dermatologists, it is important to be aware of the peculiar features of this interesting dog.

Keywords: Xoloitzcuintle, hairless, genodermatosis, canine ectodermal dysplasia, FOXI3 gene, NEMO gene, ectodysplasin.

Introducción

La Federación Cinológica Internacional reconoce 450 razas caninas y de ellas, dos son originarias de nuestro país: los perros Chihuahueño y Xoloitzcuintle. Los Xoloitzcuintles o “xolos” suelen ser animales apacibles, alegres e inteligentes cuyas características físicas dependen de que puedan o no desarrollar pelaje debido a una genodermatosis conocida como displasia ectodérmica canina, la cual se describirá más adelante. La variedad más popular es la que carece de pelo, por lo que suele vérsele en exposiciones y competencias, y sus ejemplares a menudo se reservan para reproducción (Fotografía 1).

Fotografía 1. Xoloitzcuintle sin pelo

Historia

Los xolos han desempeñado un papel interesante a lo largo de la historia mexicana. El nombre proviene de dos vocablos de origen náhuatl: “Xolotl”, deidad del atardecer, de los espíritus y de los mellizos; e “Itzcuintli”, que significa perro. La leyenda cuenta que Xolotl utilizó una astilla del hueso de la vida para crear a este interesante animal y obsequiárselo al hombre, a fin de que los muertos tuvieran un guía en su viaje por Mictlán o el inframundo. En consecuencia, además de enseres domésticos y la comida que necesitarían para el trayecto, los muertos eran sepultados con su perro, aunque los xolos también formaban parte de celebraciones religiosas en que eran sacrificados y su carne se preparaba para platillos especiales.

La llegada de los conquistadores, la abolición de las costumbres y tradiciones indígenas, el consumo desmedido de estos perros y tal vez un esfuerzo deliberado para acabar con ellos estuvieron a punto de llevarlos a la extinción. Sin embargo, la raza repuntó siglos más tarde gracias a importantes personalidades que les brindaron su apoyo y protección, entre ellos Frida Kahlo (tenía una hembra llamada “Güera Chabela”), Diego Rivera, Dolores Olmedo, Rufino Tamayo, Raúl Anguiano y Guillermo González Camarena, todos los cuales se dieron a la tarea de preservar y promover la especie, y fomentar su vinculación con la cultura nacional, como quedó asentado en los murales de Palacio Nacional y la Secretaria de Educación Pública (Figura 2).

Figura 2. Diego Rivera dejó constancia del Xoloitzcuintle en su mural “Las industrias del maguey y del amate”; Palacio Nacional, México, D.F.

La enfermedad

La displasia ectodérmica canina es un trastorno debido a la mutación autosómica semidominante del cromosoma 17, la cual altera el desarrollo ectodérmico del pelo y los dientes a través de la proteína FOX I3 (forkhead box) y causa la muerte in utero de cachorros homocigotos. Las manifestaciones clínicas de la enfermedad incluyen xerosis, alergias, infestación por ectoparásitos, picaduras de insectos, infecciones bacterianas, prurito, verrugas vulgares, liquenificación, acné, quemaduras, manchas y cáncer de piel, de manera que es preciso proporcionarles cuidados especiales con emolientes y fotoprotección (Figura 3). Los hallazgos histopatológicos más importantes son: epidermis adelgazada y disminución del número de glándulas sudoríparas (Figura 4).

Figura 3. Acercamiento de la piel del Xoloitzcuintle donde se observa la piel xerótica, neoformaciones y exulceraciones .

 

Figura 4. Corte histológico de piel de Xoloitzcuintle; nótese la ausencia de anexos

La displasia ectodérmica humana tiene más de 200 variantes (mutaciones tipo TNF-α y del gen NEMO) y suele expresarse como piel seca e hipohidrosis; cabello, cejas y pestañas muy ralos; e incisivos superiores con forma cónica. A diferencia de la enfermedad canina, el gen que precipita esta enfermedad en los humanos radica en el cromosoma X y codifica una proteína denominada ectodisplasina, la cual se expresa en células de la piel, del pelo y de las glándulas sudoríparas.

Conclusión

El Xoloitzcuintle tiene gran importancia cultural y biológica para nuestro país, tanta, que un equipo de la liga mexicana de fútbol lleva su nombre, y numerosos criaderos de México y otros países venden ejemplares de la raza a precios muy elevados.

Más allá de la relevancia cultural de estos perros, es interesante reconocer que comparten con el hombre un trastorno que afecta la piel y sus anexos: un tema que, como dermatólogos, a todos nos apasiona.

BIBLIOGRAFÍA

  1. Valadez Azúa, R. Mestre Arrioja, G. Götz, C. Xoloitzcuintle. El enigma al siglo XXI. México, Artenación Ediciones, Instituto de Investigaciones Antropológicas, UNAM. México, 2007.
  2. Rosano-Hernández, MC. “Problemas dermatológicos comunes de los perros pelones mexicanos que viven en el sureste de México y la península de Yucatán”. AMMVEPE. 2002; 13(6): 236-241
  3. Itin, P. “Ectodermal Dysplasia: Thoughts and Practical Concepts Concerning Disease Classification. The Role of Functional Pathways in the Molecular Genetic Diagnosis”. Dermatology 2013; 226: 111-114.
  4. Federación Canófila Mexicana. http://www.fcm.mx/index.html.