Edición Octubre-Diciembre 2013 / Volumen 11-Número 4

Research in Dermatology

Siempre de la mano con nuestra especialidad, la investigación ha sido instrumental en el desarrollo de la dermatología y en la erradicación de dogmas milenarios sobre enfermedades también milenarias, como la lepra.

Más que simple quehacer, la investigación es un hambre desmedida de conocimiento que lleva al científico a responder interrogantes recurriendo a cuantas estrategias tiene a su disposición y aventurando nuevos conceptos.

Convencidas de que la investigación cimenta el crecimiento y la reputación de las instituciones, las escuelas de medicina de nuestro país inculcan en sus estudiantes una avidez de conocimiento y descubrimiento; y una vez concluido el periodo formativo, prominentes instituciones nacionales, como CONACYT, incentivan y apoyan proyectos que benefician a nuestra población.

Cada día son más los clínicos que se suman a las filas del Sistema Nacional de Investigadores, enriqueciendo la producción científica mexicana y mejorando nuestro prestigio internacional a través de cuerpos académicos interinstitucionales que promueven y sustentan la investigación. Gracias a ellos, México goza de renombre mundial en áreas importantes como la micología, donde maestros como Oliverio Welsh, Roberto Arenas y Alexandro Bonifaz llevan a cabo proyectos seminales en micetomas, esporotricosis, dermatomicosis y otros trastornos dermatológicos.

Procedentes de todos los rincones de la República, innumerables tesis de posgrado ponen de relieve el vigor de nuestra especialidad y la avidez de nuestros colegas para emprender investigaciones clínicas –desde básicas hasta doctorales– y esto se ha traducido en el crecimiento exponencial de los recursos tecnológicos que cada vez más instituciones ponen a nuestra disposición.

La investigación es un área de oportunidad para el desarrollo posterior a la especialización, con ramificaciones que conducen a otros ámbitos (desde los vastos campos clásicos de la cirugía y la pediatría hasta innovadoras subespecialidades como dermatopatología, dermatoscopia y cosmética) donde abundan las oportunidades laborales y el apoyo de instituciones como Academia Mexicana de Dermatología, Fundación Mexicana para la Dermatología, Sociedad Mexicana de Dermatología, y Sociedad Mexicana de Cirugía Dermatológica y Oncológica, las cuales dedican parte de sus recursos a la promoción de residentes y proyectos de investigación.

Por todo lo anterior, quiero hacer hincapié en nuestra obligación de fortalecer la investigación en dermatología, pues es nuestro único vehículo hacia la excelencia y la vanguardia.

Dra. Minerva Gómez Flores
Jefa de Enseñanza de posgrado,
Servicio de Dermatología, Hospital Universitario
Universidad Autónoma de Nuevo León
Monterrey, Nuevo León
Presidenta, Fundación Mexicana para la Dermatología