Tricoscopic Findings in a Patient with Dermatomiositis
Patricia Chang,1 Rosmin Marroquín Remón2 y Estuardo Anzueto Fortuny3.
1 Dermatóloga
2 Electiva del Servicio de Dermatología
3 Reumatólogo
Hospital General de Enfermedades igss
Señor editor:
Presentamos el caso de un paciente de 33 años de edad, con dermatomiositis (dm), en tratamiento y control por la consulta externa del Servicio de Reumatología desde el año 2016. En la actualidad se encuentra en tratamiento con prednisona 15 mg al día, metotrexato 15 mg cada siete días, hidroxicloroquina 400 mg cada 24 horas, azatioprina 50 mg cada 12 horas, y por refractariedad al tratamiento, en ese mismo año de 2016 se le agregó rituximab cada seis meses (ciclos de 1 gr día 0 y 1 gr día 15). El motivo de consulta fue prurito y enrojecimiento del cuero cabelludo, los cuales no había presentado con anterioridad, por lo que se hizo interconsulta con el Servicio de Dermatología.
Durante el examen físico sistémico se encontró eritema en ambas mejillas, el resto dentro de los límites normales. En el examen dermatológico se observó eritema y alopecia del cuero cabelludo (figura 1), en este nivel la dermatoscopia mostró la presencia de megacapilares, telangiectasias y arborescencia de capilares (figuras 2-4), y a nivel del pliegue proximal la dermatoscopia mostró capilares tortuosos, megacapilares y capilares arborescentes (Figuras 5-6).
Llama la atención que durante los últimos cuatro años el paciente no había presentado manifestaciones en el cuero cabelludo, lo que da lugar a cuestionarse si se trata de una manifestación secundaria a una exacerbación de la enfermedad o a una reacción medicamentosa que no ha sido descrita.
La dermatomiositis (dm) es una enfermedad autoinmune, incluida en las miopatías inflamatorias cuyos síntomas pueden ser cutáneos, musculares o sistémicos, puede afectar a adultos y niños.1 Entre los síntomas más comunes encontramos los cutáneos, caracterizados por el eritema heliotropo, telangiectasias periungueales, manos de mecánico, pápulas y signo de Gottron, poiquilodermia, lesiones ampollosas y debilidad muscular; y entre los síntomas menos estudiados están la alopecia y el prurito en el cuero cabelludo. De ahí la importancia de realizar una evaluación completa y minuciosa de los pacientes para detectar alteraciones a este nivel, que si bien es cierto que la alopecia y el prurito forman parte de las manifestaciones clínicas reportadas de la dermatomiositis, muchas veces pueden pasar desapercibidas o aparecen en el transcurso del desarrollo de la enfermedad.
Stonecipher y colaboradores y Sontheimer propusieron un sistema de clasificación que subdivide la aparición en adultos de dm en dos entidades: dm clásico (cdm) y dm amiopática (cadm). Tanto la cdm como la cadm tienen características cutáneas que sirven como criterios de clasificación, incluida la dermatomiositis del cuero cabelludo (sdm). Hasta la fecha, la sdm con o sin alopecia ha sido mal caracterizada.1