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Kerion by Trichophyton mentagrophytes: A Case Report from Costa Rica

Alexander Gómez-Sáenz,1 y Laura Blanco2

1 Microbiólogo, Hospital de Golfito, Caja Costarricense del Seguro Social.

2 Microbióloga-bacterióloga, Hospital San Carlos, Caja Costarricense del Seguro Social.

RESUMEN:

El querión de Celso es una tinea de la cabeza acompañada de una respuesta inflamatoria severa que lleva a la formación de lesiones pustulosas y abscesos. Principalmente la generan Microsporum canis y Trichophyton mentagrophytes, y cuando no se trata deja alopecia definitiva. Se presenta el caso de un paciente preescolar de cuatro años de edad, de sexo masculino, proveniente del cantón de San Carlos, en Alajuela, Costa Rica, sano, que acudió a consulta por la presencia de múltiples lesiones seropurulentas, dolorosas y pruriginosas en la cabeza, de aproximadamente un mes de evolución. Durante el estudio con KOH al 40% no se observaron estructuras fúngicas, y en el cultivo en Agar Sabouraud glucosado con cicloheximida y cloranfenicol se aisló el dermatofito Trichophyton mentragrophytes, confirmando el diagnóstico de querión. Se dio griseofulvina 20 mg/kg/día y prednisona 0.5 mg/kg/día, durante seis semanas.

Palabras clave: Trichophyton mentagrophytes, Tinea capitis.

ABSTRACT:

Kerion Celsi is a scalp tinea with a severe inflammatory response with pustulae and abscesses. Microsporum canis and Trichophyton mentagrophytes, are the most common causal agents and if untreated cicatricial alopecia is frequent observed. A 4-year-old male patient from San Carlos, Alajuela, Costa Rica, presented with a one month history of multiple seropurulent, painful and pruriginous lesions in the head. No fungal structures were observed in the KOH study, and in Sabouraud dextose Agar culture with cycloheximide and chloramphenicol, Trichophyton mentragrophytes was isolated, confirming the diagnosis of Kerion Celsi. Successful treatment with griseofulvin 20mg/kg/day and prednisone 0.5 mg/kg/day were given for six weeks.

Keywords: Trichophyton mentagrophytes, Tinea capitis.

Introducción

La tinea capitis es una infección generada por hongos dermatofitos en pelos, piel cabelluda y anexos (cejas y pestañas), afecta principalmente a niños, pacientes inmunodeficientes, diabéticos, pacientes con neoplasias o tratados con corticoides.1 La mayoría de los casos se presentan por Trichophytum tonsurans y Microsporum canis, aunque otros agentes menos frecuentes pueden ser M. gypseum, T. mentagrophytes, T. violaceum y T. verrucosum.2 La presentación clínica de esta patología puede ser: seca, que se presenta en 90% de los casos, o inflamatoria, que es menos frecuente (10%).3

La tinea capitis inflamatoria o querión de Celso la producen principalmente dermatofitos zoofílicos como M. canis y T. mentagrophytes, debido a que sus componentes antigénicos son desconocidos por el cuerpo humano, lo que desarrolla una respuesta inmunológica exacerbada.4 Se caracteriza por la presentación de lesiones dolorosas eritematosas y descamativas con áreas de alopecia severamente inflamadas y ulceraciones profundas, que se generan por la inflamación del folículo piloso; además se pueden presentar adenopatías regionales.1

A nivel microscópico, el tipo de parasitación en el pelo que se puede observar en una tinea inflamatoria es ectoendotrix (ectotrix), en donde se observan conidios tanto dentro como fuera del pelo.5 Un querión provocado por M. canis presenta una parasitación de tipo ectoendotrix con un patrón microspórico (gran cantidad de conidios en masa, formando vainas), mientras que un querión por T. mentagrophytes tiene el mismo tipo de parasitación pero con un patrón de tipo microide (conidios formando cadenas).1-5

Estos casos se curan de forma espontánea tras dos o tres meses de evolución, sin embargo, dejan alopecia cicatrizal permanente si no son tratados a tiempo.1 A continuación se presenta el caso de un paciente con una tinea inflamatoria en la cabeza.

Caso clínico

Se recibe en el Laboratorio del Hospital San Carlos a un niño de cuatro años, con domicilio en Pital de San Carlos, Alajuela, Costa Rica. El paciente es sano, y presenta múltiples lesiones en la cabeza: eritematosas, pruriginosas, de hasta 6 cm de diámetro, algunas ulceradas y con secreción purulenta, de tres semanas de evolución, y adenopatías bilaterales (figura 1). La madre del niño dice que no tienen mascotas o contacto con algún animal. Se le trató una semana antes con cefotaxime, sin respuesta a la terapia, y el niño inició con fiebre, pérdida de apetito e irritabilidad.

Se realizaron estudios bacterianos y micológicos de la secreción seropurulenta, de las escamas desprendidas y de algunos cabellos cortos cercanos a la lesión. El estudio bacteriano no mostró resultados relevantes. Se realizó un examen directo con KOH 40% de algunos cabellos obtenidos de la lesión, sin embargo en ninguno de los montajes se observaron estructuras fúngicas. En los cultivos con Agar Sabouraud glucosado y Agar Sabouraud glucosado con cicloheximida y cloranfenicol se logró aislar un hongo con una colonia blanca en el anverso y un pigmento marrón en el reverso (figura 2), que por microscopía fue finalmente identificado como T. mentagrophytes por su gran cantidad de microconidios redondos y macroconidios digitiformes, aunque en esta ocasión no se lograron observar hifas en espiral (figura 3). Con esto se pudo llegar al diagnóstico de querión de Celso por T. mentagrophytes.

Figura 1. Tinea capitis inflamatoria con lesiones eritematosas, de hasta 6 cm de diámetro, algunas ulceradas y con secreción purulenta (cortesía del Servicio de Pediatría del Hospital San Carlos, Costa Rica).
Figura 2. Cultivo de T. mentagrophytes aislado de la tinea capitis inflamatoria, en medio Agar Sabouraud glucosado con cloranfenicol y cicloheximida, tras ocho días de sembrado.
Figura 3. Microscopía del T. mentagrophytes aislado de la tinea capitis inflamatoria, con microconidios y macroconidios.

Se aplicó tratamiento con griseofulvina 20 mg/kg/día y prednisona 0.5 mg/kg/día durante seis semanas, con lo que se logró remitir la lesión.

Discusión

El caso en estudio se ubica geográficamente en una zona rural en donde el contacto con animales silvestres es muy frecuente. Se desconoce la fuente de la infección con el hongo zoofílico T. mentagrophytes, que suele producir infecciones inflamatorias en los humanos,6 sin embargo es posible que se haya dado el contacto con un roedor, ya sea doméstico o silvestre. En ese sentido, en toda Latinoamérica existen muchos casos asociados con animales como conejos y cobayos.7-8

Una tinea tricofítica por T. mentagrophytes ocasiona un querión de Celso con múltiples lesiones, en su mayoría pequeñas, en contraste con el querión por M. canis que presenta lesiones grandes y en poca cantidad o únicas.8 La tinea inflamatoria tricofítica analizada tenía la mayoría de las características típicas, sin embargo su diagnóstico fue de difícil interpretación debido a la baja frecuencia con que ocurren, además de la variedad de diagnósticos diferenciales a tomar en cuenta: carbunco, celulitis disecante de piel cabelluda, foliculitis decalvante, miasis o acné queloideo.7-10

En general, en un querión de Celso es difícil encontrar pelos parasitados debido a la expulsión de los mismos o porque han sido atrapados dentro del proceso inflamatorio, 9-14 por lo que en el examen directo con KOH 40% no se observaron las estructuras fúngicas esperadas.

La clínica del paciente exigió un tratamiento sistémico por el daño presentado. Se recomienda dicho tratamiento cuando la lesión es diseminada o múltiple, mientras que el tratamiento tópico se indica solamente cuando se tienen infecciones localizadas menos severas, ya que no alcanzan la concentración necesaria en el folículo piloso.15-16

Referencias

  1. Isa-Isa R, Arenas R e Isa M, Inflammatory tinea capitis: kerion, dermatophytic granuloma, and mycetoma, Clinics in Dermatology 2010; 28:133-6.
  2. Hay RJ, Tinea capitis: current status, Mycopathologia 2017; 182:87-93.
  3. Larralde M, Gomar B, Boggio P, Abad ME y Pagotto B, Neonatal kerion Celsi: report of three cases, Pediatric Dermatology 2010; 27:361-3.
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  5. Zuluaga A, Cáceres D, Arango K, De Bedout C y Cano L, Epidemiología de la tinea capitis: 19 años de experiencia en un laboratorio clínico especializado en Colombia, Infectio 2016; 20(4):225-30.
  6. Michaels B y Del Rosso J, Tinea capitis in infants recognition, evaluation, and management suggestions, J Clin Aesthet Dermatol 2012; 5(2):49-59.
  7. Nenoff P, Herrmann J y Gräser Y, Trichophyton mentagrophytes sive interdigitale? A dermatophyte in the course of time, JDDG 2007; 5:198-202.
  8. Larralde M, González V, Lábel M, Aragón A y Negroni R, Variación clínica y epidemiológica de dermatoficias zoófilas, Arch argent pediatr, 2001; 99(3):205-9.
  9. Martínez-Suárez H, Guevara-Cabrera N, Mena C, Valencia A, Araiza J y Bonifaz A, Tinea de la cabeza. Reporte de 122 casos, DCMQ 2007; 5(1):9-14.
  10. Alcalá PJ, Sánchez A, Pérez O y Loeda C, Querion de Celso. Infección por Trichophyton mentagrophytes, Acta Pediatr Esp 2005; 63:479-82.
  11. Santo PE, Córdoba S, Rodero L, Carrillo-Muñoz A y Lopardo H, Tinea capitis. Experiencia de 2 años en un hospital de pediatría de Buenos Aires, Argentina, Rev Iberoam Micol 2010; 27(2):104-6.
  12. Pazmiño J, Morales C, Orellana I, Seminario ME y Córdoba-Neira F, Querión de Celso severo: a propósito de un caso pediátrico, Revista Médica HJCA 2014; 6:97-100.
  13. Del Boz-González J, Tendencias de la tinea capitis en España, Actas Dermosifiliogr 2012; 288-93.
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  15. John A, Schwartz R y Janniger C, The kerion: an angry tinea capitis, Int J Dermatol 2016; 1-7.
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