Edicion Octubre-Diciembre 2012 / Volumen 10-Número 4

How, when and why the Social Service was established in the Medical career in Mexico. 75 Aniversary of the implementation of Medical Social Service.

Pablo Campos Macías
Facultad de Medicina de León, Colegio de Historia y Medicina del Estado de Guanajuato

RESUMEN
Una conciencia clara del compromiso social que se adquiere cuando se tiene el privilegio de estudiar Medicina, imbuida en el espíritu humanista de uno de los más grandes médicos que ha dado México, el doctor Gustavo Baz Prada, cuya formación se forjó a partir de una familia de escasos recursos, elementos que lo llevaron a concebir la idea de implementar el Servicio Social en Medicina para tratar de cubrir las necesidades de salud de las poblaciones más humildes y desprotegidas del país. La generación 1931-1936 de la Escuela Nacional de Medicina, un puñado de jóvenes que terminaban sus estudios, fueron los primeros que emprendieron esta aventura al acudir a prestar su servicio, con muy pocos recursos, a poblaciones lejanas, con escasas o nulas vías de comunicación. Han pasado ya 75 años y recordamos el testimonio del doctor Baz de cómo se gestó este acontecimiento y algunas anécdotas acontecidas a los primeros pasantes.

PALABRAS CLAVE: licenciatura en Medicina, servicio social, médicos.

ABSTRACT
A clear and conscious social compromise is acquired when you have the privilege to become a doctor. We will take a deep look inside Gustavo Baz Prada MD, one of the greatest doctors, Mexico has had, where his outstanding personality, came from a very low socio-economical background. He was able to visualize the need of a social service in medicine, to offer a contribution to the health system for the poorest and less privileged communities in our country. The generation 1931-1936, from the National School of Medicine, a group of graduated doctors who were the first ones involved in this project, few resources, visiting faraway communities, with almost no communications, usually isolated communities were the ones favor with this wonderful project. Now days, 75 years later, we remember and praise this wonderful legacy from Gustavo Baz, and try to report the amazing accomplishment and some wise anecdotes taken from his students.

KEYWORDS: Medicine, social service, medical service.

La estructura del programa académico de la licenciatura en Medicina ha sido el resultado del esfuerzo de maestros, que preocupados por el avance de la Medicina, buscan ofrecer a los estudiantes los elementos que les permitan “aprender a aprender” y a asumir la obligación moral de estudiar, pues en efecto, los avances son tan vertiginosos que obligan a hacer del estudio un ejercicio cotidiano y, como señalara el doctor Ignacio Chávez, “nada es más peligroso que un profesional ignorante”.

La primera modificación importante ocurrió el 23 de octubre del 1833 cuando el doctor Valentín Gómez Farías, entonces presidente interino de la República, reestructuró los programas de enseñanza vigentes en la Colonia y elaboró un programa académico en la Escuela de Medicina acorde a los avances de la medicina europea en el siglo XIX. Tan importante fue tal modificación, que conmemoramos y celebramos cada 23 de octubre el día del médico.1 Una de las características fundamentales de la formación médica es el carácter eminentemente humanístico y de servicio de la profesión, que aunque permanente en el ejercicio, ha encontrado un espacio oficial dentro del programa académico. ¿Cómo, cuándo y por qué se estableció el Servicio Social en Medicina?

El doctor Gustavo Baz Prada (Ilustración 1), uno de los médicos más notables que ha dado la Medicina Mexicana, en el año 1936 concibió la idea de la realización del Servicio Social obligatorio para los estudiantes que terminaban la licenciatura en Medicina, y la generación 1931-1936 fue la primera en realizarlo. Una generación a la que recuerdo con especial afecto, pues mi padre formó parte de la misma. En ese grupo estaba también el doctor Antonio González Ochoa, fundador de la Escuela Mexicana de Micología, quién realizó el Servicio Social, en aquel entonces de seis meses, en Villa Unión, Sinaloa (Ilustración 2).

Ilustración 1. Doctor Gustavo Baz Prada.

 

Ilustración 2. Doctor Antonio González Ochoa. Ficha de identificación en el anuario publicado por la generación 1931-1937 el año de 1977.

El año de 1977 la generación 1931- 1936 se reunió para celebrar el 40 aniversario de su egreso de la Escuela Nacional de Medicina y de la primera experiencia de Servicio Social para pasantes de Medicina, con tal motivo invitaron a algunos de sus maestros, uno de ellos fue el doctor Gustavo Baz, quien aprovechó la ocasión para contar la anécdota de cómo surgió la idea y otras que acontecieron al grupo pionero del Servicio Social de los pasantes de Medicina.

Esta conferencia, coloquial y amena, testimonio original del doctor Gustavo Baz, por su importancia, la trascribimos aquí (una parte) en forma textual:

Después de las dificultades y hasta enfrentamientos que hubo en la Universidad desde la salida de Gómez Morín de ella –ustedes recuerdan que Gómez Morín, representando a la extrema derecha, quiso enfrentarse al general Cárdenas y que la reacción de éste fue no ocuparse de la Universidad e hizo aparecer las carreras universitarias en el Politécnico– vino el lapso en el que fueron rectores el ingeniero Medellín, el maestro Ocaranza y el licenciado Chico Goerne. Durante la gestión del licenciado Chico Goerne tuve el honor de ser elegido, por aclamación en el Consejo, director de la Facultad de Medicina, cuando ya tenía año y medio de separado de la Universidad por inconformidad sobre la forma en que se había tratado al doctor Chávez.

Al llegar a la Dirección de la Facultad de Medicina encontré un enorme desorden. Mi tarea fue tratar de quitarle enemigos a la Universidad. Comenzando con la mala voluntad que hacia los estudios universitarios tenía el general Cárdenas, presidente de la República. Afortunadamente lo conseguí y simultáneamente también logré la unidad casi perfecta entre el profesorado y el estudiantado de la Facultad, que se constituyó en esta forma como el más importante y sólido sostén de la Universidad. En estas condiciones, siendo director de la facultad de Medicina, en unas vacaciones en Acapulco, tomando un descanso, en alguno de los días que me tocó estar solo a la orilla del mar, comencé a hacer recuerdos de mis años de estudiante, con todas las dificultades que había tenido entre mi pobreza, rememorando como en el momento de terminar los estudios le quitaban a uno el puesto de practicante y todavía no le daban el de médico; así se pasaban días angustiosos, mientras se preparaba la tesis y el examen profesional. Al mismo tiempo medité en la atención médica de los campesinos de la República, la falta total de asistencia médica y todavía más, pensé en que es frecuente que los funcionarios lleguen a serlo sin el conocimiento real del campo. Motivado por estos pensamientos, elaboré tres instructivos: uno para los jóvenes que irían con los campesinos, otro para los jóvenes que irían a la industria y otro más para los jóvenes que irían a las minas. Estos instructivos tenían por objeto guiar al pasante a ver las cosas con espíritu analítico cuidadoso, que tuvieran información del medio en que vivían, estando atentos a todos los factores que les rodearan, así cada uno de los jóvenes que salieran al Servicio Social para pasantes de Medicina iban a cumplir tres muy importantes misiones: 1) atender a los enfermos que nunca habían tenido asistencia médica; 2) estar en contacto con la realidad que rodea a los problemas que viven los campesinos, y 3) pensar cómo resolver los grandes problemas que enfrenta la seguridad social en México.

A mi regreso a México, resuelto, fui a ver al presidente de la República a quién le había tocado resolver los problemas derivados del extremismo de la época del general Calles y los principios de la del general Cárdenas, épocas que como en la actual, pronunciar algunas palabras asusta a algunas personas que no se dan cuenta exacta de su significado; así, la palabra socialismo comenzó asustando a muchos, sin embargo el servicio social para pasantes de Medicina, era el principio de la socialización de la Medicina; por eso pedí al general Cárdenas que me permitiera hacerlo, rogándole muy encarecidamente que él no lo dijera, no lo dijo, y hasta ahora no ha habido alguien que haya pensando que se hizo mal con la implantación del Servicio Médico Social de los pasantes; al contrario, ha sido un paso extraordinario que han copiado muchas otras naciones, entre ellas, probablemente la que más lo ha hecho ha sido China, donde todos los funcionarios han de pasar por una especie de servicio social para que se enteren, para que sepan analizar todos los factores que rodean a los problemas que afectan a los individuos que viven en el campo, la industria o la minería.

Entonces organizamos en México el Servicio Social que les tocó a ustedes iniciar, recordarán que colocamos una especie de mapa en el que se localizaban todos los pueblos donde no había y nunca había habido servicio médico y en cada uno estaba la información de los caminos por donde se llegaba a ellos, si había correo o telégrafo, si había escuela y qué ofrecía el pueblo para el pasante que llegaba por ahí. Así fueron eligiendo cada uno el lugar al que querían ir, con un modestísimo suelo de $90 pesos mensuales más lo que cada pueblo pudiera darles en las condiciones paupérrimas en las que vive la gente del campo, a algunos que estaban inconformes los llevé a ver como en la Secretaría de Comunicaciones, médicos ya recibidos entraban en pugna verdaderamente violenta por conseguir un puesto de $125 pesos, ya con eso los pasantes resolvieron salir y salieron con verdadera alegría y con gran ímpetu. En ese periodo tuvimos pocos accidentes serios, algunos de ellos más bien por im- prudencia de los muchachos, me recuerdo que alguno de ellos se puso a jugar con el Presidente Municipal y después de perder éste fue a cobrarle y le contestó con un balazo; algún otro de los jóvenes se le encontró ahogado en un tanque, al hacerle la autopsia se demostró que había muerto de un síncope cardiaco lo que indicó que ya estaba muerto cuando cayó al agua. Uno de los más importantes, y que demuestra el heroísmo de los pasantes de aquella época, es el caso de Camarena O’Farril, quién fue a un poblado del estado de Puebla. Se llegaba a dicho pueblo en autobús hasta un punto distante, como a ocho horas a caballo, pues bien, a él se le presentó un caso de un parto distócico por estrechez pélvica que impedía la salida del producto, lo que hacía necesaria una cesárea; consultó con el marido y con los familiares, explicándoles el riesgo que corría la mujer con la jornada a caballo, que él se comprometía a operarla a condición de que le asegurarán que si la enferma moría no recibiría agresión alguna por parte de los familiares de la paciente, se lo aseguraron así y poniéndole guantes a una campesina y poniendo a otra a darle anestesia, hizo la cesárea, salvando a la mujer y al niño, este mismo joven tuvo otro accidente verdaderamente dramático, le llegó en otra ocasión un herido que tenía ocho heridas de bala y pudo salvarlo, este paciente tan agradecido quedó que quiso ser su mozo y un domingo estando sentado en el quicio de la puerta de la casa el joven pasante en el pequeño pueblo, llegaron sus enemigos, lo remataron y a Camarena le dieron un balazo, cuya bala quedó alojada en la columna vertebral produciéndole una paraplejia completa. Todos los vecinos del pueblo se organizaron y en unas angarillas, a pie, lo llevaron desde el pueblo hasta la parada del autobús, que como dije se encontraba a ocho horas a caballo; él iba dando órdenes a la pequeña ayudante campesina que le inyectara un sedante o le pusiera aceite alcanforado, llegó a Puebla en terribles condiciones, en esa ciudad por fortuna lo operaron con atingencia, sacaron la bala, cesó la compresión y se recuperó completamente. Infinidad de actos heroicos como este podrían narrarse. A través del tiempo, el resultado ha sido extraordinario; sin embargo al aumentar el número de médicos y disminuir los lugares donde no hay médico, se ha ido deformando el Servicio Social para los pasantes de Medicina, además del poco interés por parte de las autoridades, porque no se dan cuenta de la importancia que tiene, para la realización de este trabajo que es extraordinario.

No solamente los médicos deben irse al campo, a la industria y a la minería, sino todos los que quieren ser funcionarios, todos los que deban participar en la política, porque no se puede opinar sobre problemas de la organización social sin conocer las realidades del campo, la industria y la minería. Así deberá ser en todos los aspectos de la política, ya sea ésta económica, social, laboral, educativa o internacional. Estos conocimientos deben ser base fundamental para quienes desean participar en la solución de los problemas de cada área mencionada y de otras muchas…

Han pasado 75 años de que inicio el Servicio Social en Medicina, el doctor Gustavo Baz Prada falleció el 12 de Octubre del 1987, a la edad de 94 años. También nos han dejado ya quienes formaron aquel puñado de pasantes de Medicina de la generación 1931-1936, que en condiciones inhóspitas se aventuraron a los más remotos poblados a brindar atención medica a una parte de la población más desprotegida del país (Ilustración 3). El Servicio Social en Medicina, después de un año, es parte de la formación de todos los pasantes en todas las universidades del país. Tras su establecimiento en 1937 se fue implementado en forma gradual para todas las licenciaturas. Desafortunadamente, el de Medicina es uno de los pocos que realmente cumple con una función social, pues en la mayoría de las licenciaturas se ha convertido en un mero trámite burocrático, al que poco o ningún interés dedican las autoridades universitarias.

Ilustración 3. Documento con las firmas los integrantes de la generación 1931-1937 antes de partir al Servicio Social.

 

REFERENCIAS

  1. Campos P. “¿Por qué celebramos el día del médico el 23 de octubre?”. Dermatología DCMQ 2007;5(4):264-265
  2. Baz Prada, Gustavo. “Conferencia dictada el 7 de mayo de 1977 en el Gran Hotel de la ciudad de México en el aniversario número 40 de la generación 1931-1936 de la Escuela Nacional de Medicina y de la primera experiencia de Servicio Social para pasantes de Medicina”.